No lo digo yo, lo dice la ciencia
Lo sabía. No necesitaba que venga un grupo de estudiosos de la Universidad de no sé dónde a decirme algo que a mí me resulta muy evidente. Sin embargo, no deja de ser interesante que lo digan personas que -se supone- estudian estas cosas.
El título de la noticia en diferentes medios habla por sí solo: «El metal tranquiliza, lo dice la ciencia» (Diario El País, 22 de junio de 2015), o «Escuchar heavy metal te hace ser más positivo y feliz» (Revista Quo, 11 de agosto de 2015). El estudio al que hace referencia la noticia tuvo amplia difusión hace algunos meses y según el mismo escuchar ese tipo de música «disminuye la hostilidad, la irritabilidad y el estrés», además de «regular la tristeza y potenciar las emociones positivas».
Como ilustrador hace años que trabajo mayoritariamente para gente que escucha y toca lo que genéricamente se conoce como «metal» en todas sus variantes y subgéneros imaginables, que son infinitos. Es muy raro que pase un día entero sin que me comunique vía chat, mail o telefónicamente con al menos uno de estos individuos de aspecto amenazante a los que muchas madres tildarían de malas compañías para sus dulces hijos.
Y siempre comento con mis amigos que, contrariamente a lo que muchos puedan pensar o imaginar, se trata de personas extremadamente amables, sosegadas y sensibles. Buena gente, diría yo simplificando torpemente las cosas. Seres capaces de hacer grandes sacrificios para llevar adelante su vocación en un mundo que los mira de costado.
Me alegra que el citado estudio de la Universidad de no sé dónde corrobore esto, pero la verdad es que yo ya lo sabía. Lo compruebo día a día.