Mi colección de postales
Amo dibujar. Lo considero una rama de la meditación. Una manera de liberar la mente y dejar que ésta se exprese libremente.
Muchas veces dibujo sin ninguna consigna previa, simplemente dejo que la mano se mueva sola y sin ninguna intención clara. Entonces las líneas empiezan a agruparse mágica y caprichosamente hasta que “algo” aparece de la nada. Lo hago generalmente mientras estoy haciendo otra actividad (hablando por teléfono, esperando un sándwich en un bar, mirando la TV, escuchando música, etc.).
En esos casos la idea es dibujar sin pensar en lo que estoy dibujando. Hago ese ejercicio desde que era un niño y he juntado cientos de estos dibujitos. Están desparramados por todos los rincones de la casa. Los llamo “Postales”, ya que son eso: recuerdos de viajes por paisajes en los que nunca he estado, ¿o sí?